Johnny Depp reina en el Festival de Cannes 2023

Johnny Depp Cannes

Su regreso a la gran pantalla en ‘Jeanne du Barry’, película de inauguración de Cannes, resulta en éxito a pesar de las polémicas.

Por Irene Crespo

Siete minutos de ovación recibieron Johnny Depp y Maïwenn en la noche de inauguración, tras la proyección de Jeanne du Barry. Una película de época correcta, solvente, entretenida y, posiblemente, superior a lo que la directora francesa había hecho hasta ahora (Polisse, Mi amor). Una película que ya ha dividido a crítica, pero que al público (al menos al francés, donde ya se ha estrenado en cines) está encantando a la vista de la taquilla. 

En esos siete minutos, Depp sonrió, aplaudió y casi lloró. “Y sentí miedo”, confesó a la mañana siguiente en la rueda de prensa a la que llegó tarde (40 minutos) y empezó sin él. Sintió miedo porque le parecía surrealista, un loop interminable de gente aplaudiendo, “una energía que parecía no acabar”, dijo. Quizá, además, tampoco se esperaba una respuesta así después de lo pasado los últimos tres años con las acusaciones de maltrato, los juicios mediáticos. Y de las reacciones recientes ante la noticia de que inauguraría el Festival. Hay gente que no le quería aquí. Y, sin embargo, ganaron los que sí querían no solo su presencia, sino su regreso a lo grande.

Jeanne du Barry es una historia de amor, pero habla un poco de todo eso, del escándalo, de la polémica, y de hacer lo que uno quiere. Eso hacen los dos protagonistas. Siendo Luis XV, el rey de Francia, es casi obvio, incluso a pesar de los protocolos cortesanos. Pero para su última amante favorita, la Condesa du Barry, era más complicado y aun así lo logró. 

Ha contado Maïween que llevaba con esta película en la cabeza desde hace 17 años. Y se entiende por qué este personaje real le interesaba tanto hasta el punto de obsesionarse con ella. Una mujer que se enfrentó a la corte, que tomó el control de su cuerpo y de su vida, aunque fuera utilizando precisamente su cuerpo como moneda de cambio. Luchó por llegar a lo más alto que podía siendo una hija ilegítima de una cocinera y un monje. Y lo logró: la directora escenifica ese momento con Jeanne (a la que también encarna) subiendo, o casi escalando, una altísima escalera en Versalles, sola, pero llegando hasta el final.

Es una producción ambiciosa, de grandes palacios, trajes, pelucas… de clásica puesta en escena, en la que se habla de una forma natural. “Me vi todo el cine de época, de esa época en concreto, y me di cuenta de que las que no me gustaban hablaban un francés antiguo”, dice. Actualizó los diálogos, les dejó a los actores que los hicieran suyos. También a Johnny Depp que habla en un más que correcto, aunque escaso (porque tiene pocas frases y cortas), francés.

Depp, de hecho y mal que pese, es lo más interesante de la película tras unos minutos más disparado. Un rey en sus últimos años de vida, intentando disfrutar del final, un rey decadente. ¿Nos suena? Según el actor, no hay parecidos. 

En la rueda de prensa habló de no sentirse ya boicoteado por Hollywood, después de tres años de que no le llamara nadie, “por miedo o lo que fuera”. (¿lo que fuera?). Y también se preguntó a qué se refieren cuando en la prensa hablamos de su “regreso”, porque él nunca se ha ido. Así que no, este no es su final, no está en decadencia. Y si aún quedaba alguna duda, su paso por el Festival de Cannes ha demostrado que es más que probable que tengamos Johnny Depp para rato.

Fotos: Samir Hussein (Getty Images)

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