Un documental está sacudiendo la opinión pública estadounidense como pocas investigaciones desde el #MeToo. Hablamos de Quiet on Set: The Dark Side of Kids TV (que podríamos traducir literalmente como Silencio en el plató: el lado oscuro de la televisión infantil), una miniserie de cinco capítulos sobre crímenes reales dirigida por Mary Robertson y Emma Schwartz, emitida en Estados Unidos por Max y Discovery a partir del 24 de marzo. El documental se centra en los años 90 y la primera década de los 2000, los años dorados de Nickelodeon, la cadena de Paramount especializada en la producción de dibujos animados y series para niños y adolescentes.
Entre las revelaciones más estremecedoras figuran las del actor Drake Bell, dispuesto a dar testimonio de todos los abusos y violencias sexuales que sufrió cuando formaba parte de las jóvenes estrellas de El show de Amanda. Pero cada episodio reserva un número espeluznante de testimonios, que van desde comportamientos inapropiados hasta abusos deshonestos.
En el centro de Quiet on Set está la controvertida figura de Dan Schneider, el productor que le sucedió como pequeño rey de Nickelodeon entre 1994 y 2018. La serie detalla sus arrebatos, actitudes inapropiadas hacia las pequeñas estrellas e insinuaciones sexuales en los programas -a menudo protagonizados por una jovencísima Ariana Grande-, así como sus decisiones deliberadamente misóginas y la discriminación de las guionistas en todas sus grandes producciones.
Pero por desagradable que sea la imagen ofrecida por Quiet on Set, el testimonio de Drake Bell, que sufrió abusos por parte del actor y profesor de interpretación Brian Peck, es aún más desconcertante. El hombre ya fue condenado en 2004, pero nunca se había revelado el nombre de la víctima. Ahora, con gran valentía, Drake Bell ha decidido salir del armario y contar las gravísimas consecuencias que tuvo en su salud mental de adulto. En el momento de los hechos, el actor sólo tenía 15 años:
«Estaba durmiendo en un sofá entre bastidores durante el rodaje de The Amanda Show, me desperté, abrí los ojos y él me estaba agrediendo sexualmente. La parte de la investigación policial fue brutal. Tuve que contar cada detalle a dos completos desconocidos. Lo peor fue cuando tuve que llamar a Brian por teléfono para que admitiera lo que había hecho«.
Jason Handy, ayudante de producción de All That y del mencionado The Amanda Show, fue descubierto posteriormente como pedófilo, según admitió él mismo en algunos de sus diarios. Acusado de enviar un correo electrónico con contenido pornográfico a una de las jóvenes actrices, que sólo tenía 11 años, el hombre también fue hallado en posesión de miles de fotos de menores retratados en posiciones íntimas.
Drake Bell y las otras ex estrellas adolescentes de Nickelodeon, que ofrecieron sus testimonios en el documental, relataron entonces todas las consecuencias de lo que vivieron: «Realmente toqué fondo», dijo Bell. «Así que empecé terapia para tratar mis traumas, y empecé a rodearme por fin, por primera vez, de gente que realmente se preocupaba por mi bienestar.
Todos los actores entrevistados en Quiet on set, incluida Alexa Nikolas, testificaron que habían lidiado con problemas mentales y problemas de adicción al alcohol y las drogas, y describieron los años de éxito en Nickelodeon como la perdición de su existencia. Dan Schneider fue despedido de la cadena en 2018 a raíz de las primeras denuncias realizadas en el marco del movimiento #MeToo. Mientras que hoy, la cúpula directiva asegura estar atenta a cualquier tipo de comportamiento inapropiado, para que estas cosas no vuelvan a suceder.
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