‘The Gentlemen’: todas las diferencias entre la película y la nueva serie de Guy Ritchie

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¿Ya has visto The Gentlemen, la nueva serie de Netflix capaz de ponerse el el número 1? Te haya gustado o no la película homónima dirigida por Guy Ritchie en 2019, lo cierto es que la nueva de 10 episodios representa un ejemplo de reescritura radical. Y no nos referimos solo a la trama y el argumento, que aquí ven unas diferencias sustanciales en la perspectiva e incluso en los personajes principales, sino también al aspecto formal.

Si el jump cut, también conocido como corte en eje, se había convertido por entonces en la marca de fábrica del director británico, aquí le vemos más bien experimentando con una concepción mucho más lineal del lenguaje audiovisual. Además, aunque sus proverbiales tonos sarcásticos permanecen, The Gentlemen parece explorar las conexiones entre la nobleza inglesa y el crimen en tonos menos grotescos y decididamente más realistas.

Pero procedamos por orden con las principales diferencias entre ambas. La premisa básica de la película de 2019, estructurada como un relato coral, era la presencia de dos personajes fundamentales. En primer lugar, Michael ‘Mickey’ Pearson, interpretado por un elegantísimo Matthew McConaughey, un joven estadounidense sin dinero que llega a Inglaterra becado por la prestigiosa Universidad de Oxford, para abandonar rápidamente la legalidad en favor de un auténtico imperio vinculado al cultivo y venta de Marihuana. Una figura que aquí desaparece por completo, al igual que Fletcher, el desventurado detective privado interpretado en la película por un divertidísimo Hugh Grant.

Un elemento clave de la película era precisamente su intención de intentar la travesura de su vida, amenazando con entregar un guion basado en las fechorías del jefe Pearson al editor más inescrupuloso de la revista británica de cotilleos. Esta subtrama, elemento clave en la estructura narrativa del largometraje, queda totalmente eliminada, mientras que el foco de atención se desplaza hacia dos nuevos protagonistas. Por un lado, Edward Horniman, el nuevo duque de Halstead, interpretado por Theo James. A la muerte de su padre, descubre que la finca familiar esconde en realidad un vasto invernadero para el cultivo de cannabis desde hace años. Por otro, la joven al frente de la organización criminal a la que el Duque se descubre repentinamente vinculado, Susie Glass, interpretada por la ex estrella de Skins Kaya Scodelario. Y es precisamente esta figura femenina una de las principales novedades de la serie.

Entre otras diferencias, el nuevo punto de vista de la historia no es el del Jefe, sino el del joven Señor prestado al crimen. Así, si en la película original el único personaje femenino importante era la querida esposa de Pearson, aquí Kaya Scodelario cobra definitivamente protagonismo, haciendo gala de una frialdad y una crueldad dignas de un Padrino consumado. Además del tráfico de marihuana, las apuestas amañadas relacionadas con el boxeo son ahora un elemento narrativo importante. Y a diferencia de la película, la nueva serie de Guy Ritchie sube materialmente al ring para una serie de secuencias decididamente interesantes, dignas del director de The Snatch, siempre vinculado a la imaginería boxística.

Cabe señalar que el realizador británico, además de optar por un estilo de montaje decididamente más lineal y realista, también revisa otro de los rasgos distintivos de su cinematografía, a saber, el uso narrativo de la banda sonora. Esta vez, la música no invade la escena y nunca se convierte en contrapunto de la imagen, permaneciendo más discretamente en los términos de un acompañamiento sonoro tradicional.

 

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