‘Duster’: J. J. Abrams vuelve a las series de la mano de Josh Holloway (‘Perdidos’)

Duster

Una cabina de teléfono, sola, en medio de un desierto, un coche que llega a toda velocidad y del que sale un tipo a contestar el teléfono. Esa es la imagen que llevaba casi dos décadas persiguiendo a J. J. Abrams. Una imagen sencilla a partir de la que no había conseguido sacar una historia. Después de leer algunos guiones de LaToya Morgan (guionista y productora en Shameless, The Walking Dead o Parenthood), pensó en ella para encontrarla. Y así fue. Esta última define su colaboración como “un jazz” en el que ambos iban improvisando y enriqueciendo una trama que ha acabado convertida en Duster, la primera serie como showrunner para Morgan, el primer título que Abrams, ese gran nombre dorado de Hollywood (por Alias, Perdidos, Star Trek, Super 8 o El despertar de la fuerza), escribe y dirige en seis años después de la decepción que fue para él y para el estudio Star Wars: El ascenso de Skywalker.

“He estado trabajando en unas cuantas cosas y produciendo otras en estos años”, confesaba intentando tranquilizar a todos en la única entrevista concedida por ahora con motivo de Duster. Y no miente, aparece como productor en La historia de Lisey (2021), Silent Hill: Ascensión (2023) y, en quizá la más sonada de estos años, Presunto inocente (2024), con Jake Gyllenhaal.

Ahora, además, está ya en Londres a punto de empezar el rodaje de su nueva película, aún no anunciada. “Pero colaborar con LaToya ha sido un gran recordatorio de lo divertido que es trabajar en una serie donde los personajes pueden seguir desarrollándose y sorprendiendo según avanzas”, contó el director en The Hollywood Reporter.

A partir de esa cabina de teléfono, empezaron a pensar en quién podría ser el tipo que llega a ella, si era una cabina, ya planteaba otra época y no tardaron en llegar a la década de los 70. “Además, siempre supe que habría algún agente del FBI implicado”, continúa J.J. Abrams, y ahí entró LaToya, el agente es una mujer y negra, la primera agente negra del FBI, a la que interpreta Rachel Hilson y quien entra en contacto con un peculiar personaje de la calle, un conductor muy chulo, a quien da vida Josh Holloway, para que le ayude en la captura de un capo del hampa, encarnado por el mítico Keith David.

Una premisa a priori conocida que, en manos de Abrams, por supuesto está llena de giros, sorpresas y con buenos cliffhangers al final de cada uno de sus ocho episodios. No olvidemos que él fue quien reunió por primera vez a medio mundo delante del televisor a la misma hora para ver todos a la vez el final de Perdidos. Y antes de eso, se enfrentó muchas veces al estudio por incluir en cada capítulo de Alias un final no cerrado que dejaba con ganas de más.

“Hay mucho que no esperas en Duster”, confirma Abrams. “Lo que me gusta, y con lo que más nos divertimos LaToya y yo es con que, cuando abres una puerta, nunca sabes qué tipo de mente criminal te vas a encontrar al otro lado. Lo más satisfactorio fue ver cómo todos estos elementos –que pueden parecer muy locos– acaban teniendo un objetivo narrativo”.

SETENTEROS Y DIVERTIDOS

Situar la serie en los 70 no sólo les soluciona el propósito estético y cómo responder a esa cabina de teléfono que será principio y fin de Duster, también les permite buscar referencias en un género y un tono que no se ve con tanta frecuencia en las series actuales. “Podíamos pasarlo bien creando este pastiche de acción y humor”, ha contado LaToya.

“Me gusta mucho las radios, los coches, todas esas cosas de aquel momento… y además es un thriller, es una serie de misterios en esencia. Y situarlo en esa época nos permitía llenarlo de elementos que mucha gente reconocerá y muchos otros los verán por primera vez y se lo pasarán muy bien”.

REENCUENTRO ‘PERDIDO’

J.J. Abrams llamó a Josh Holloway en cuanto vio el proyecto encaminado. El actor saltó a la fama en su papel de Sawyer en Perdidos, y algo de esa chulería que tenía aquel parece haber inspirado al showrunner para este nuevo personaje en Duster. “¿Te gustaría participar en una serie en la que interpretarías al conductor de una organización criminal?”, le preguntó antes incluso de tener un guion acabado y, en cuanto él dijo sí, construyeron su personaje alrededor de él, de ese carisma y encanto que no envejecen.

“Creo que, con la edad, Josh se siente más cómodo en su irónica arrogancia y su rudeza, pero también en su vulnerabilidad e inseguridad. Es difícil encontrar el equilibrio ahí. Es un tipo atractivo, y también genuinamente divertido y de gran corazón… Todo eso lo trae al personaje”.

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