El director de El clon de Tyrone, Juel Taylor, es el último cineasta en descubrir la generosidad de Guillermo del Toro.
Ya sea proporcionando notas de guión a Charlie Day o hablando bien de André Øvredal, hay innumerables historias de del Toro cuidando de sus colegas cineastas. Y Taylor, que anteriormente coescribió Creed II, tiene ahora su propia anécdota inolvidable en relación con El clon de Tyrone, su aclamado debut como director que Netflix estrenó junto a Barbie y Oppenheimer el 21 de julio.
Según ha publicado The Hollywood reporter, hacia el final de El clon de Tyrone, Fontaine (John Boyega) y Slick Charles (Jamie Foxx) idean un plan para infiltrarse en la organización clandestina que ha estado llevando a cabo siniestros experimentos en su barrio, el Glen. Y Taylor pretendía plasmar su elaborado plan a través de un montaje al estilo de Ocean’s Eleven que revelaba con ingenio la mecánica de su misión.
Sin embargo, Netflix consideró que la secuencia inicial era un poco enrevesada, lo que llevó al equipo de Tyrone a buscar un par de ojos nuevos para evaluar esa situación y otras más. Así que Taylor hizo una lista de cineastas a los que quería contactar, y del Toro fue la única persona de la lista que entró en acción.
"No estaba de acuerdo con la nota, y no fue hasta que vino Guillermo que encontramos una forma obtusa de abordar la nota que tuviera sentido", dice Taylor. "Así que pasar un día con él fue como volver a la escuela de cine. E incluso más allá de eso, siempre me llamaba y me enviaba mensajes de texto para ver cómo iban las cosas. No es que trabajáramos en el montaje durante un día y ya está", explica el director.
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