Entre una proposición de matrimonio y un baile formal, la serie de televisión Los Bridgerton, basada en las novelas de Julia Quinn inspiradas en la Regencia, también se ha hecho famosa por sus escenas calientes, que nunca faltaron en las temporadas anteriores y en el spin-off. Ahora, la actriz Nicola Coughlan ha incluido una clausula en su contrato al respecto.
La tercera temporada, que se estrenará en mayo, no será una excepción. En el centro de la historia estará esta vez el personaje de Penelope Featherington, que siempre ha estado enamorada de Colin Bridgerton. El hombre, sin embargo, aún no se ha dado cuenta de cuáles son sus verdaderos sentimientos y se ofrece a ayudarla a encontrar marido. Inevitablemente, el malentendido acabará llevándoles a los brazos del otro.
Pero si Penélope ( Nicola Coughlan) no se arredra ante las picantes propuestas de Colin, no se puede decir lo mismo de su intérprete Nicola Coughlan. La nueva estrella de Bridgerton reveló en una entrevista para la emisora de radio SiriusXM Hits 1 una cláusula muy peculiar que solicitó a Netflix: la obligación de hacer producir una versión «casta» de la serie especialmente para ella, para mostrársela a sus padres.
La actriz recordó la perplejidad de su madre al ver las escenas íntimas entre Daphne y el Duque en la primera temporada: «Cuando vio a Bridgerton por primera vez, no sabía que era tan travieso. En cambio, en los dos primeros minutos del episodio, aparece inmediatamente el trasero de Jonathan Bailey. Mi madre decía: ‘¿Qué está pasando?».
Por ello, la actriz decidió hacer una petición especial a Netflix: la cadena está obligada por contrato a proporcionarle una versión de la serie sin escenas de sexo. «Está literalmente escrito en mi contrato. La gente cree que lo digo en broma, pero es cierto que no quiero que mis padres las vean. Soy irlandesa y católica. No es nuestra manera de ser», explicó Nicola Coughlan.
Sin embargo, la actriz admitió más tarde que no siempre pudo ‘proteger’ a sus padres de escenas no deseadas. «En mi serie Big Mood hay una escena de ese tipo, no está al nivel de Bridgerton, pero está ahí», relató , «y evité enseñársela a mi madre. Pero un día estaba en un programa de entrevistas en Irlanda y ella estaba entre el público. Mostraron la escena y pensé: ‘Oh, bueno… ¡no puedo controlarlo!'».
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