En Tras el verano, Yolanda Centeno pone sobre la mesa el vacío legal al que se enfrenta una familia reconstituida como la suya. ¿Qué pasa con los niños si la pareja se separa? Alexandra Jiménez y Juan Diego Botto son los protagonistas.
La historia de Tras el verano surgió cuando la directora Yolanda Centeno formó una familia reconstituida con su pareja y el hijo de este. ¿Qué pasaría con ellos si se separaran? ¿El niño desaparecería de su vida sin más? Su posición estaba poco representada, en el cine, y en la ley. La película llega a los cines este 16 de mayo de la mano de Alfa Pictures.
Este es un tema recurrente en tu carrera. ¿Por qué contar la historia de esta familia?
Conocí al hijo de mi chico cuando él tenía cuatro años y me preguntó qué iba a pasar si nos separábamos, ya teníamos un vínculo y quise tranquilizarle y decir que siempre estaríamos juntos, pero me di cuenta de que quizá esto no podía ser así y ellos lo viven como una pérdida.
¿La sociedad va por delante de la ley?
Sí, y me interesaba contar el conflicto que se genera cuando no hay un vínculo legal con el niño y cómo es el funcionamiento de estas familias.
Tu corto Imposible decirte adiós (2021) ya abordaba la misma temática y también lo protagonizaba Alexandra Jiménez. Trabajo con ella desde el principio, más que una actriz, es una partner creativa. Tenemos una relación muy estrecha, así que conectó mucho con el tema y lo preparó a fondo. Incluso se reunió con terapeutas. Sin el personaje del niño (Alex Infantes) no podía contarse, porque no es un personaje decorativo, pero generó mucha admiración hacia Juan [Diego Botto], y Alexandra se lo ganó a fuerza de ir a parques, hacer actividades… se vio haciendo el mismo proceso para generar un vínculo que hice yo en la vida real.
Y Juan es uno de los actores más comprometidos del universo. Tiene la capacidad que necesitaba de mostrar fragilidad desde lo masculino.
¿Encontraste otros referentes de esta figura en el cine?
Hablando con otras familias así veo la necesidad de verse representadas contando que la familia reconstituida no es algo negativo y no sustituye a la que había antes. Teníamos Quédate a mi lado (Chris Columbus, 1998), pero el personaje de Susan Sarandon va a morir, así que no se ve la competitividad que se genera. Una madrastra no es una madre, y no es peor, hay que desterrar la competencia. En mi caso el niño me presentaba y decía: “Es mi madrastra, pero buena, eh”.
¿Ha habido un proceso de documentación jurídica o todo es experiencia personal?
Hemos tenido que investigar, hablar con la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) y abogados especializados en familia. Cuando se incluyó a los abuelos en este derecho se perdió la oportunidad de incluir a los allegados y la realidad es que lo que te queda, es llevarte bien. El coguionista, Jesús Luque, es mi pareja, pero nosotros no nos hemos separado, así que ha sido un proceso muy introspectivo, intenso e enriquecedor porque nosotros hemos transitado por esto.