Por Marco Cacciopo
En un tuit del año pasado, James Gunn respondía a la pregunta de uno de sus admiradores, que le pedía consejo sobre cómo afrontar su primer trabajo como director. Su recomendación fue que al tercer acto de la película le dedicara el doble de esfuerzos que a los dos primeros. “La mayoría de películas se resienten en el tercer acto, porque el conjunto acaba por no tener la estructura que merece”, le contestó el director de Guardianes de la Galaxia. “Gran parte de esto es simplemente atribuible al tiempo dedicado en rodarla y también en escribirla”. Ese es, precisamente, el espíritu con el que el director ha encarado Guardianes de la Galaxia: Volumen 3, con la que pone el broche final a la trilogía más loca e imprevisible del multiverso Marvel.
Como James Gunn ha declarado en repetidas ocasiones, Guardianes de la Galaxia no debe entenderse como una sucesión de tres películas distintas con el mismo director y los mismos personajes y actores interpretándolos. No. Guardianes de la Galaxia es una gran película dividida en tres partes, concebida así por el propio director desde el principio y completada a lo largo de una década en tres momentos diferentes, no sin pocas complicaciones. Así, este Volumen 3 es el tercer acto de una única y larga space opera que ve la luz seis años después del final del segundo acto (un retraso provocado porque, en 2018, Disney despidió temporalmente a Gunn a raíz de la divulgación de unos tuits antiguos políticamente incorrectos) y nueve después del primero.
Es un cierre que James Gunn tenía que dirigir personalmente y a pesar de todo. Y regresó a Marvel para hacerlo aunque ya esté situado al otro lado, contratado por DC, que primero le confió la dirección de El Escuadrón Suicida (2021) y luego le nombró, junto al productor Peter Safran (ya implicado en Aquaman), director creativo de sus proyectos para cine y televisión, sustituyendo al anterior equipo liderado por Walter Hamada y Zack Snyder. “Una de las razones por las que volví a hacer esta película es la necesidad que sentía de contar la historia de Rocket”, confiesa sobre el popular mapache verborreico. “Estaría triste si no hubiera podido completar la trilogía por muchas razones, pero, sobre todo, porque me siento muy cerca de Rocket. Nadie más que yo habría podido contar toda su historia”.
“Para mí, Rocket siempre ha sido el protagonista secreto de Guardianes de la Galaxia”, apunta Gunn. “Creo que ejemplifica muchos de los rasgos de todos los Guardianes. Todos han sufrido traumas, y esto los une. El suyo, sin embargo, es el más extremo de todos”. Después de todo, no es ningún misterio que, además de ser su personaje favorito de la saga, Rocket fue moldeado por el propio Gunn a su imagen y semejanza. Decisiva para el destino del pobre mapache genéticamente modificado fue la intervención del Alto Evolucionador, un personaje que apareció por primera vez en los cómics de Marvel en 1966, en el número 134 de The Mighty Thor, y que en esta tercera película pasa a formar parte del universo cinematográfico expandido, interpretado por el actor de origen nigeriano Chukwudi Iwuji (The Split), que ya entró a formar parte del “clan Gunn” en la serie El Pacificador (spin-off de El Escuadrón Suicida).
El “capullo” de la trama
Adam Warlock es el otro gran antagonista esta vez. Presente por primera vez a finales de la década de 1960 en un número de Los Cuatro Fantásticos a punto de salir de un capullo en su metamorfosis final, aterrizó en el mundo cinematográfico de Marvel con esos mismos rasgos embrionarios en la secuencia de los créditos de Guardianes de la Galaxia: Volumen 2. Creado por Ayesha (Elizabeth Debicki) para destruir a los Guardianes, Warlock evoluciona hacia su naturaleza superhumana aquí, interpretado por Will Poulter (Midsommar). Y no es un villano como los demás, según Gunn.
Volumen 3 empieza a partir de los acontecimientos de Thor: Love and Thunder y tras el divertimento navideño llamado Guardianes de la Galaxia: Especial Felices Fiestas. Peter Quill/Star-Lord (Chris Pratt) sigue liderando el grupo de Ravagers que ahora incluye a Drax (Dave Bautista), Mantis (Pom Klementieff), Nebula (Karen Gillan) y Kraglin (Sean Gunn). A la carga vuelve también Groot (de nuevo con voz en inglés de Vin Diesel), con un tamaño mucho mayor; y también vuelve Gamora (Zoe Saldana), aunque justificar su presencia no era fácil, ya que la alienígena de piel verde de la que Peter se enamoró murió en Vengadores: Infinity War. Lo que veremos aquí es una versión alternativa de sí misma. Porque, desde que se descubrió el multiverso, nada es imposible…
La maldición de la trecuela
El rodaje de Guardianes de la Galaxia: Volumen 3 finalizó a principios de 2023. Para Gunn, ha sido lo más difícil que ha hecho nunca. El mayor esfuerzo, asegura, fue no caer en la maldición del tercer acto (o trecuela). “Puedo contar con los dedos de la mano los terceros episodios que han funcionado bien en una trilogía”, asegura Gunn. “Tenemos la de Antes del amanecer, la de El Señor de los Anillos, y tal vez Spider-Man. Más allá de estos, pocos se salvan de la quema”.
En resumen, había que cumplir la promesa de hacer de Vol. 3 un adiós a la altura de sus predecesoras. “Cuando empecé a rodar la primera película, surgió en mí una atracción hacia ella, como si me hubieran llamado a cumplir un propósito. Ahora que he terminado Vol. 3, me siento en paz conmigo mismo porque sé que he hecho todo lo que estaba en mi mano para que esta trilogía fuera la mejor posible”.
Fotos: Axelle/Bauer-Griffin y Rich Polk (Getty Images)
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