Crítica ‘Club Zero’

Club Zero crítica

★★★½/★★★★★

Miss Novak es una maestra que se une al equipo de una escuela de élite para dar clases de nutrición a jóvenes estudiantes. En poco tiempo, la maestra establece un estrecho vínculo con cinco de sus alumnos, sin que el resto de profesores se dé cuenta de lo que sucede. Hasta que todo da un inesperado giro muy peligroso.

El nuevo trabajo de la cineasta austríaca Jessica Hausner (Lovely Rita, Little Joe) es una oscura y perversa sátira que, situando en su centro temático la cuestión del sectarismo alimentario (tan en boga en nuestros tiempos), indaga en los procesos de manipulación y presión de grupo que se hallan en las raíces de todo pensamiento fanático

A medio camino entre las poéticas de Michael Haneke, Ulrich Seidl y Yorgos Lanthimos, Club Zero funciona especialmente en su apartado formal: lo sofisticado y riguroso de su planificación, sustentada en un montaje interno basado en los recursos del paneo y el zoom y en la repetición de colores y patrones visuales, y su punzante banda sonora, de rasgueos y percusiones discordantes, configuran la atmósfera malsana y fría, de puro extrañamiento, que desde el principio reclama el relato.

La película flojea, sin embargo, en la vertiente narrativa: Hausner y su coguionista Géraldine Bajard recurren más de la cuenta al subrayado, dejando muy poco a la imaginación del espectador y anulando el posible subtexto de una película que acaba tornándose demasiado discursiva. Pese a todo y regresando a la cuestión de la puesta en escena, Hausner logra subsanar esta torpeza narrativa impregnando las formas del relato con una distancia irónica (desde una mirada fría, artificiosa y cínica) que, en cierta manera, justifica lo hiperbólico de la sátira al carecer ésta de ninguna pretensión realista.

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